Sesión 6/13

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Cómo reaccionan los niños a la pérdida

Dependiendo de la edad a la que los niños son separados de los padres y ubicados en el centro, reaccionarán y mostrarán su dolor de formas diversas. También tienen distintas formas de intentar manejar su pena. La gente dice a menudo que “el tiempo cura la herida” refiriéndose a la pérdida de un padre, pero normalmente esto solo es cierto para niños que eran muy pequeños cuando fueron separados de él/ella o de otra figura de apego relevante, y se les proporcionó inmediatamente otra figura parental.
La pérdida del niño no es necesariamente la muerte del padre, sino la separación física en sí misma. Un padre puede también haber estado presente pero incapaz de responder debido por ejemplo a una depresión materna, enfermedades psiquiátricas, o la falta de atención en la propia infancia del cuidador. La duración y severidad de la reacción del niño depende también en el contacto que los nuevos cuidadores ofrecen.

LA FASE NATURAL DE LA PROTESTA – EL EXPERIMENTO DE LA CARA INMÓVIL

Generalmente los niños atravesarán una fase de protesta cuando son separados o desatendidos: lloran, se muestran incómodos y difíciles de consolar, pueden rechazar los esfuerzos de intimidad de sus nuevos cuidadores. Esto es, de hecho, una reacción normal y sana: el sistema de apego del niño se activa por la separación como debería, a fin de prevenir separaciones futuras. Podéis ver una demostración de esta reacción en el “experimento de la cara inmóvil” del Dr. Ed Tronick. Primero, la madre es receptiva y cooperativa – entonces se le pide que deje la cara inmóvil. El bebé inmediatamente comienza a intentar atraer su atención, se desespera y finalmente llora.
Os podéis imaginar cómo un bebé con una madre incapaz de responder puede experimentar estados de ansiedad excesiva.

REACCIONES INTENSAS A LA SEPARACIÓN EN BEBÉS DE 0 – 24 MESES: RETIRADA O ANSIEDAD GENERALIZADA DE SEPARACIÓN

Ausencia de conductas de apegp:

Si no se le ofrece otra figura de apego tras la separación, o si los cuidadores no responden al llanto del niño, éste puede dejar de llorar y entrar en una calma aparente, indiferente y retraído. Esto es, de hecho, una señal de peligro: la actividad del sistema de apego puede haber cesado, pero el niño puede estar en un permanente estado de duelo. Esto puede responder menos o no responder en absoluto a la atención y los esfuerzos de ofrecerle intimidad y comodidad. Esto se puede convertir en un estado de depresión y retraimiento, donde el niño no prospera o crece suficientemente. Esta reacción es común en niños que han experimentado muchos cambios tempranos en cuidadores o figuras de apego, y los niños que han recibido una interacción demasiado escasa, por ejemplo en hospitales u orfanatos.

Súper reacción a las separaciones:

Si la separación ha sido repentina y muy chocante – quizá el niño ha sido retirado por las autoridades mientras los padres lloraban y luchaban – el niño puede desarrollar un estado de estrés y ansiedad de separación. Quizá el sistema de apego del niño se ha vuelto demasiado sensible e “hiperactivo” debido a uno o más shocks tempranos. Así que, cada vez que dejéis la habitación o simplemente cada vez que os volváis, el niño puede estar extremadamente asustado y entrar en pánico, y necesitar una confirmación constante de que permaneceréis donde estáis. Los niños que se han vuelto hipersensibles a la separación pueden aferrarse a vosotros todo el rato, tener problemas graves para quedarse dormidos y necesitar reafirmación y consuelo durante mucho tiempo incluso después de una separación breve y normal.
Este es un problema frecuente en la primera fase después del ingreso del niño en un centro.

DISCUSIÓN DE GRUPO

  • ¿Habéis visto retraimiento o miedo excesivo a la separación en los niños tras su ingreso?
  • ¿Cuánto tiempo duró? (si se ha detenido o es menos intenso ahora)
  • ¿Cómo afectaba a los sentimientos de los miembros del equipo hacia el niño?
  • ¿Habéis experimentado sentiros tristes o rechazados vosotros mismos como cuidador por alguno de los niños?
  • ¿El miedo excesivo de la separación os ha asustado de practicar separaciones normales, como dejar al niño solo durante un minuto?
  • ¿Cómo respondisteis si el niño no os respondía, o estaba constantemente aferrado y asustado ante vuestras salidas de la habitación?