Sesión 6/13

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Tema A: Edad de 0-3

AYUDAR A LOS BEBÉS Y LOS NIÑOS PEQUEÑOS PARA SUPERAR LA PÉRDIDA: RECUDIR LA INTENSIDAD DE LAS RESPUESTAS A LA SEPARACIÓN

El objeto de vuestro trabajo no es “hacer al niño feliz todo el tiempo”. Si podéis reducir gradualmente la intensidad de las respuestas de los niños a la separación, habréis ayudado al niño a reaccionar con normalidad. Estar completamente retraído no es útil, pero ser un poco tímido y sensible es normal – la única diferencia es cómo de intensa es la reacción. Entrar en estado de pánico extremo cuando dejáis la habitación no es normal, pero llorar o estar un poco decepcionado cuando salís es perfectamente normal.

Aquí hay algunas sugerencias que podéis usar. Lo que sea de ayuda dependerá mucho de la relación individual entre los miembros del equipo y el niño en cuestión. Así que no tratéis de hacer “lo correcto”. Tratad de ser sensibles, combinar las soluciones a vuestra manera, y tomad notas cada día acerca de las respuestas del niño a vuestros esfuerzos.

SUGERENCIAS PARA ACTIVIDADES

  • Discutid posibles cambios en los planes de trabajo para darles, especialmente a los bebés, los mismos cuidadores durante el día, todo lo posible. Por ejemplo teniendo a dos cuidadores como responsables de un cierto grupo de bebés.
  • Practicad las cinco dimensiones del “comportamiento de cuidador seguro” (ver la sesión 4, introducción al tema B: Las dimensiones del comportamiento de cuidador seguro). Es difícil estar en torno a un niño muy retraído o a un niño que se aferra continuamente sin verse afectado negativamente. Deberíais hablar regularmente con colegas sobre cómo os sentís, a fin de manteneros felices incluso aunque el niño no responda con normalidad.
  • Usad el contacto físico – el contacto físico como darle masajes al bebé o cargarlo sobre vuestro cuerpo estimula la función normal del sistema de apego. Sed muy pacientes, puede llevar meses o años que el niño muestre una conducta de apego más normal, como disfrutar siendo abrazado, besado, sentarse en vuestro regazo, o ser mecido. (Ver la sesión tres para inspiraros).
  • Estad muy atentos a ser expresivos, emocionales, e incluso exagerar vuestra capacidad de respuesta cuando estáis en contacto con el bebé. Podéis volver a ver a la madre en la primera parte del experimento de la cara inmóvil y observad cómo usa su voz y su lenguaje corporal para atraer al niño a la interacción.
  • Mostrad a los bebés que estáis siempre alrededor y esperad que tengan una necesidad mayor de seguridad y de vuestra presencia durante mayor tiempo de la que tienen los niños normalmente.
  • Jugad al escondite frecuentemente con los bebés. Este tipo de juego les ayudará a gestionar las separaciones como algo divertido y placentero. También, esta actividad ayuda a los niños a formarse una “representación interna” de vosotros que siempre está ahí, haciéndolos menos dependientes de vuestra presencia física. Podéis también esconder objetos y dejar que los niños los busquen – esto también les ayuda de entender que las personas y cosas siguen ahí incluso aunque no podamos verlas u oírlas.
  • Si los niños son lo suficientemente mayores para entender: en lugar de dejar la habitación del bebé a la hora de acostarse, podéis jugar a esto: el niño debe “mandaros salir” él mismo de la habitación, y llamaros para que volváis si tienen miedo. De esta forma pueden sentir que controlan la separación en lugar de ser pasivamente “abandonados”. Podéis entonces animarlos a ser lo suficientemente valientes de “echaros de la habitación” por períodos más largos de tiempo. También puedes atar un cordel a vuestra ropa para que el niño pueda tirar de vosotros de vuelta hacia la cama. ¡Este juego es muy divertido!

Cuando hayáis decidido cómo trataréis de combinar los métodos mencionados, anotadlos y también apuntad a cuál responde más positivamente cada niño. Usad vuestros móviles para tomar pequeños video clips de vuestras actividades y revisadlas para entender cómo los niños responden. Aseguraos de que grabáis lo suficientemente cerca para tomar las caras y expresiones de los niños.

¿QUÉ PODEMOS ESPERAR CUANDO EL NIÑO INGRESA EN NUESTRO CENTRO ANTES DE LOS TRES AÑOS?

En general los niños ingresados en centros antes de los tres años tienden a ser flexibles en sus apegos. La mayoría de los niños serán capaces de vincular con ciertos cuidadores, siempre y cuando pasen juntos la mayor parte del tiempo. Los niños frecuentemente abandonan los patrones de apego que aprendieron de los padres biológicos y se adaptan a los de sus cuidadores principales.
También tienden a parecerse a sus cuidadores en su personalidad y desarrollo social más que los niños que ingresan en centros a una edad más avanzada.
No obstante, deberíais darles a los bebés y a los niños más tiempo para superar la pérdida de sus padres biológicos antes de que puedan empezar a vincularse con vosotros como cuidadores.