Sesión 6/13

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Tema B: De los tres a los once años

REACCIONES DE SEPARACIÓN EN NIÑOS DE TRES AÑOS EN ADELANTE

Los niños desde los tres años ya tienen apegos hacia otras personas de su vida anterior, como sus padres biológicos. O si han estado tutelados por profesionales desde una edad temprana, pueden sentirse vinculados a ciertos miembros del equipo. También tienen una idea más consciente acerca de sí mismos y de las difíciles separaciones que han experimentado.

Si los niños han experimentado separaciones difíciles – o separaciones de larga duración – el proceso de duelo y sanación depende de la voluntad de los cuidadores de hablar abiertamente acerca de lo que el niño experimentó.

LA INTERPRETACIÓN EMOCIONAL DE LA PÉRDIDA: BAJA AUTOESTIMA

Los niños normalmente responden a las separaciones difíciles o prolongadas haciendo una interpretación emocional:

“Me han dejado, debe ser que no me quieren y que no valgo nada”. Es importante entender que esta interpretación es emocional y tiene poco que ver con las explicaciones conscientes y racionales que han recibido de los cuidadores – es un sentimiento más que algo que el niño “sepa”. El niño ha aprendido a repetir todas las explicaciones racionales dadas por los cuidadores, pero el sentimiento puede estar aún presente, y el niño puede sentir una vergüenza constante de su ser y una falta de significado en la vida.

ESTRATEGIAS INMADURAS PARA EVITAR LOS SENTIMIENTOS DE NO VALER PARA NADA

Ningún niño puede soportar este sentimiento, así que se forman defensas psicológicas para no sentirle inútiles y rechazados. Aunque estas diferencias pueden parecer disfuncionales, son perfectamente lógicas: el niño trata de encontrar una estrategia para protegerse de otra pérdida. Como los niños son inmaduros sus estrategias para evitar el dolor pueden ser muy primitivas. Pero recordad que son la mejor solución que pueden encontrar en ese momento para evitar el duelo constante y la depresión. Podéis ver estas reacciones en todos los niños, pero en niños que han experimentado separaciones difíciles son mucho más intensas y a veces destructivas y consumen toda la energía que debería ser utilizada para jugar y aprender.

 

  • Algunos niños rehúsan hablar sobre el pasado para no entrar en contacto con ese sentimiento.
  • Algunos niños practican el “falso cinismo”: Parece que están bien independientemente de lo que ocurra y asumen una actitud de desprecio a todas las invitaciones a sentirse próximos a otros: “no me importas en absoluto, ni tus amigos ni nadie más. No me importa nada, déjame en paz y punto” (ver la estrategia evitativa de la sesión 5). Esta actitud es comprensible porque protege al niño de experimentar una nueva pérdida y mantiene a los otros a distancia – perderlos no le importará.
  • Algunos niños se vuelven excesivamente dependiente y son “siempre buenos niños o niñas”, gastan toda su energía en mostrarse de acuerdo con los cuidadores. Tratan de evitar cualquier conflicto y renuncian a tener una opinión independiente sobre cualquier cosa o de mostrarse en desacuerdo con los cuidadores – “decidme qué hacer, yo misma no lo sé”. Generalmente temen tomar decisiones porque esto puede diferir de las expectativas de otros.
  • Algunos niños se vuelven “perfeccionistas”: constantemente tratar de superarse en lo que hacen y se enfocan en comprobar si han hecho las cosas bien. Tienen mucho miedo a cometer incluso pequeños errores o no tener un éxito completo. Cualquier reto nimio o la comisión de un error puede hacer que se sientan desesperados. “No importa lo que haga, está mal, soy un desastre, no soy buena con nada aunque me esfuerce mucho. Soy idiota. Quiero morir, etc.”
  • Algunos niños están constantemente inquietos y estresados y aparentan ser más o menos hiperactivos. No pueden quedarse quietos y no descansan nunca, y pueden hablar constantemente de una manera errática, dejando claro que ahí hay algo más que un niño muy enérgico: es un niño que no puede relajarse ni un momento y trata de mantener el pasado lejos de su cabeza.
  • Algunos niños se hacen “ermitaños”: se aíslan ellos mismos en su cuarto con el ordenador o los juguetes y rechazan salir o invitar a los amigos. Les disgustan los eventos sociales o las invitaciones y encuentran siempre una razón para decir que no. La idea emocional subyacente es “si no hago amigos o socializo, nadie podrá volver a rechazarme”.
  • Algunos niños sobreviven odiando o estando enfadados con sus padres o con otros de los que hayan sido separados. Esto aleja el dolor de volver a perderlos.

EL DIÁLOGO ABIERTO AYUDA A LOS NIÑOS A RESOLVER Y SUPERAR LA PÉRDIDA – CREAR UN ESPACIO PARA EL DIÁLOGO ABIERTO

La investigación en las reacciones a la separación muestra claramente la importancia del diálogo abierto de los cuidadores.

Cuando un niño habla o trabaja sobre las experiencias de separación, reorganiza las emociones y pensamientos sobre lo que experimentó. Los sentimientos de pérdida se vuelven menos intensos cada vez, y los recuerdos y la comprensión mejor organizados. Hasta que el niño alcanza el mismo nivel que otros niños y pueda sentir una pena natural que no perturbe su estado mental y sus impulsos de juego, exploración y aprendizaje. El propósito de vuestro trabajo no es eliminar toda la pena, sino ayudar al niño a tener sentimientos menos intensos y caóticos.

La investigación muestra también que si los cuidadores niegan, ignoran o tratan de hacer que una pérdida temprana parezca poca cosa, los niños no mejorarán en el manejo de sus propias reacciones y esto puede ser destructivo para el futuro desarrollo de su personalidad. Por ejemplo: cuando los niños eran adoptados en el pasado, era muy vergonzoso y contrario a las normas sociales. Esto hacía que los niños se sintiesen estigmatizados y con frecuencia sufrían un shock al llegar a ser lo suficientemente mayores para entender que “no se les permitía ser quien realmente eran”. El resultado era que muchos niños quedaban severamente traumatizados y tenían unas vidas muy pobres. Una queja es común en las entrevistas con antiguos adoptados y niños en atención residencial: “nadie me hablaba de lo más importante – el hecho de haber perdido a mis padres”.

Así que vuestra tarea profesional es trabajar en la creación de un espacio donde el niño se sienta seguro e invitado a mantener diálogos acerca de lo que experimentó en el pasado. Esto puede ocurrir a través de diversas actividades.

Deberíais decidir cómo y cuándo hablaréis al niño sobre la pérdida. Suele ser una buena idea hacerlo cuando trabajáis en tareas prácticas cotidianas con un grupo de niños. Éstas pueden ser buenas ocasiones para el diálogo. Sed pacientes – este proceso de diálogo puede llevar semanas o años.

Cada vez que un niño alcanza una nueva etapa de madurez y desarrollo según va creciendo, puede necesitar hablar sobre ésto de nuevo y encontrar nuevas perspectivas.

HACER QUE EL NIÑO ENTIENDA SUS PROPIAS REACCIONES COMO NORMALES

  • Revisad la lista en el párrafo anterior: “estrategias inmaduras para evitar los sentimientos de nos servir para nada”.
  • Encontrad cuáles de las defensas contra el sentimiento de abandono veis con mayor frecuencia en los niños con los que trabajáis. Cuando vosotros y los niños tengáis ganas y tiempo, decidles que queréis hablar sobre cómo reaccionan los niños cuando pierden el contacto con personas importantes (madre, padre, hermanos o mascotas a los que se sentían unidos).
  • Describid las reacciones que habéis visto en los niños y decirles que eso es lo que muchos niños hacen cuando han perdido a alguien importante. Por ejemplo:
    A veces los niños han perdido a alguien a quien querían y tienen miedo de perder a alguien otra vez. Así que rehúsan hablar con otros y se quedan todo el día en su habitación. Esto es lo que hacen muchos niños y es muy sensato – porque así, si se quedan en su cuarto solos y no hacen más amigos, no podrán volver a rechazarles. Aquí entendemos eso muy bien”.
  • O podéis contarle al niño una “historia paralela” de vuestra propia infancia:
    “Cuando yo tenía tu edad mis padres estaban muy ocupados y me dejaban solo muchas veces. Cuando trataba de hacer amigos, los otros niños solían rechazarme y me molestaban. Así que decidí quedarme todo el día en mi habitación – no quería establecer contacto con otros porque estaba seguro de que yo no les iba a gustar y de que me rechazarían. Cuando crecí descubrí que un montón de niños hacían esto, y creo que es muy sabio – porque entonces se protegen del rechazo”.
  • Podéis inventar o leerle al niño un cuento para dormir sobre un niño abandonado – como Oliver Twist (u otro personaje de una novela de vuestro país con la que el niño se pueda identificar). Podéis ir preguntándole al niño si reconoce lo que la persona siente y piensa.
  • Podéis utilizar muñecas, dibujos o plastilina para recrear con el niño historias donde se vea expuesto al abandono o la pérdida de los padres y encuentre maneras de gestionar la situación.
  • Con niños mayores o adolescentes: podéis darle al niño un teléfono (o una cámara con función de video) y ayudarle a hacer un corto o una entrevista sobre las diferentes reacciones que tienen los niños ante la pérdida de los padres o de otros. Si tenéis Internet, podéis ayudar a los jóvenes a encontrar a otros jóvenes y comunicarse con ellos por Facebook u otros medios.
  • Si tenéis buena comunicación con los profesores de la escuela de los niños: pedidles que hagan un día o una semana temática sobre “perder a alguien o algo querido”. Con la ayuda del profesor, todos los niños pueden dar ejemplos sobre la pérdida, por ejemplo de un abuelo, otra persona o cosa, usando dibujos, teatro, etc. Podéis discutir con la profesora cómo ayudar al niño a superar la pérdida de alguien.

Por favor anotad cómo, cuándo y dónde podéis usar una de estas opciones, o diseñad una inspirada por esta sesión. Tomad notas tras el trabajo con vuestro plan: cómo funcionó, cómo respondieron los niños, qué fue difícil para vosotros, qué aprendisteis en el intento, cómo seguisteis adelante?

HACERSE CARGO Y ESPERAR LA RESPUESTA DEL NIÑO

Ahora habéis creado un espacio donde las pérdidas puedan comentarse abiertamente. Así que por ejemplo no le digáis a los niños que no es bueno quedarse todo el día en la habitación, y no empecéis dándoles consejos. Sólo escuchad y dejad a los niños hablar libremente si quieren – algunos niños pueden no responder en la situación, tomará un día o dos antes de que el niño vuelva a lo que le dijisteis. Si un niño comienza a hablar, asentid y escuchar con interés y elogiadle por lo que piensa o siente.

Quizá esto es lo que necesitáis hacer durante un largo primer período:

Ayudar al niño a sanar simplemente hablando abiertamente sobre la pérdida y mostrando que estáis deseando compartir y escuchar. También podéis definir vuestro lugar de trabajo de esta manera, por ejemplo: “en esta institución sabemos lo que es perder a los padres, y cómo responden los niños naturalmente a ésto. A menudo reaccionan con retraimiento, “congelando su alma” y dicen que no les importa nada, sienten muy a menudo que no deben de servir para nada. Todas estas reacciones son muy sanas y naturales, pero difíciles de entender para otros. Así que aquí sabemos mucho sobre cómo ayudar a los niños a estudiar y superar todo lo que han experimentado antes de venir aquí. Hablar de esto ayuda a los niños a sentirse mejor, a tener amigos de nuevo y a divertirse otra vez en la escuela. Así que todos aquí somos expertos en lo que significa perder a alguien, y cómo superarlo. Esto puede llevar mucho tiempo, pero te devolverá a la vida y volverás a divertirte. A lo mejor ahora mismo no te lo crees, pero nosotros ya hemos visto a muchos niños empezar a vivir y a disfrutar sus vidas de nuevo”.

SEÑALAD LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA ESTRATEGIA DEL NIÑO

Cuando estéis seguros de que los niños sienten que les escucháis con paciencia y comprendéis sus reacciones, podéis comenzar un diálogo sobre las ventajas y desventajas de la estrategia del niño.

Por ejemplo:

Cuando de niño me senté todo el día en mi habitación pintando, de hecho me convertí en un buen pintor cuando crecí. Esa fue la parte buena. Pero también estaba muy muy solo porque no me molestaba en salir y hacer amigos. Cada vez que pensaba en ello, paraba justo antes de abrir la puerta porque me daba miedo ser rechazado o ridiculizado. Así que la parte mala fue que no tenía a nadie con quien jugar, y en la escuela nunca le preguntaba a nadie si querían ser mis amigos – ¿conoces esa sensación?”

Haciendo esto le mostráis al niño de una forma amable que sus estrategia en realidad elimina el miedo del momento, pero también le hará sentirse solo a largo plazo. Entonces podéis hablar sobre cómo los niños pueden temer a un nuevo rechazo o a perder a alguien que les gusta.

SUGERIR FORMAS ALTERNATIVAS DE AFRONTAMIENTO

El siguiente paso es hacer al niño pensar en otras formas de afrontar el miedo a una nueva pérdida o a otro rechazo.

Por ejemplo:

“Un día entendí que estaría solo para siempre y me quedaba solo en la habitación. Estaba muy asustado de que alguien me dijera que no si les pedía que fuesen mis amigos. Pero mi tía me digo que si quieres amigos, puede que obtengas ocho veces un “no” pero dos veces un “sí”, y esas dos veces pueden convertirse en tus mejores amigos. Mi tía me dijo que no había nada malo en ser cuidado por otros, y que no hay razón para avergonzarse de ello. De hecho miles de niños viven sin sus padres. Así que empecé a invitar a mis compañeros del colegio a jugar después de clase, y mi tía me ayudó a hablar con ellos. La mayoría dijeron que no, pero uno dijo que sí, y fue mi mejor amigo durante muchos años. Quizá tú seas los suficientemente fuerte para superar tu miedo y empezar a invitar a otros algún día”.

O: 

Cuando te sientes solo te enfadas mucho, y empiezas a discutir, y entonces te sientes más triste todavía y más inútil. Quizá puedas empezar a decir que te sientes solo la próxima vez que estés enfadado”.