Sesión 10/13
Página 4/6: Introducción al tema A: La falta de un grupo que funcione como base segura estando ubicado fuera del hogarIntroducción al tema A: La falta de un grupo que funcione como base segura estando ubicado fuera del hogar
¿Por qué es importante el tema de hoy?
Los niños ubicados fuera de su hogar no solo experimentan la separación de sus padres. Con frecuencia experimentan una serie de separaciones de nuevos cuidadores y varias reubicaciones. También pueden sufrir conflictos entre cuidadores, como los conflictos legales sobre la custodia o disputas entre padres, o desavenencias entre el centro o la familia de acogida y los padres. Pueden vivir en instituciones donde constantemente aparecen nuevos cuidadores tres veces al día, y personal que trabaja a veces con un grupo de niños y a veces con otro.
Cuando los niños carecen de una base segura y de larga duración de cuidadores adultos, responderán desarrollando conductas de apego inadecuadas (como aprendisteis en la sesión 5: conductas de apego evitativo, ambivalente o desorganizado). Más adelante en la vida pueden responder con un comportamiento social inadecuado en general, como manteniendo relaciones sociales agresivas o de corta duración sin sentido de la vinculación o de la responsabilidad social.
Debido a estos antecedentes en los niños, la institución o la familia de acogida debe ofrecer una vida social diseñada para hacer que el niño se sienta conectado con otros y valorado tal y como ocurre en una familia que funcione bien.
CUÁL ES LA TAREA PROFESIONAL CON LOS NIÑOS UBICADOS FUERA DE SU HOGAR
En estudios sobre gente joven que ha crecido en instituciones y familias de acogida, generalmente se describen sentimientos de baja autoestima y rechazo, sentimientos de ser vagabundos sin hogar, y de que nadie en su nueva ubicación les habló de lo que realmente les importaba a ellos: su nostalgia de pertenecer a algún lugar, y la pérdida de padres u otras figuras de apego importantes que habían experimentado.
Todos los niños huérfanos a los que les fue bien en la vida adulta describían dos dimensiones de los cuidadores que tuvieron en la infancia:
- Un cuidador particular se interesó por su vida y les permitió vincularse.
- Vivieron en un grupo con una fuerte identidad social.
Un ejemplo: Los padres del anterior Primer Ministro de Dinamarca, Anker Jorgensen, murieron cuando tenía cinco años. Él mantiene que debe el éxito de su carrera y de su vida a dos circunstancias: que su tía sustituyó a sus padres, y que el orfanato en el que vivió tenía una identidad social fuerte y le hizo sentir que era una miembro valorado de la institución.
Con los bebés y niños pequeños, muchas separaciones durante el día o la semana son especialmente peligrosas para el desarrollo social y el apego. Los niños de preescolar y los mayores también necesitan una relación estable con uno o dos cuidadores.
Tener unas pocas relaciones fuertes con ciertos cuidadores adultos es más importante que tener muchos cuidadores.