Sesión 4/13

Qué hacen los cuidadores para darle al niño una relación segura y desarrollar un patrón de apego seguro en el niño: Responden a menudo cuando el bebé quiere contacto. También toman iniciativas para contactar y estimular al bebé.
Usan una voz melodiosa y expresiones faciales claras para mostrar qué es lo que sienten. Le hablan al niño y tratan de establecer contacto visual con él.

Qué hacen los cuidadores para darle al niño una relación segura y desarrollar un patrón de apego seguro en el niño:
Actúan de manera sensible. Tienen tareas que hacer (dar de comer al niño, vestirlo, cantar canciones o hacer otras actividades, etc), pero “leen” los sentimientos del niño y resuelven la tarea de una manera flexible: si el niño está triste, lo consuelan mientras le ponen los zapatos, si el niño está contento, calzarlo se convierte en un juego, etc. Ser sensible significa que no seguís reglas estrictas, que motiváis al niño “saliendo al encuentro y entendiendo lo que el niño está sintiendo en ese momento”.

Qué hacen los cuidadores para darle al niño una relación segura y desarrollar un patrón de apego seguro en el niño:
Están disponibles para el niño. Si el niño está nervioso, triste o necesita ayuda, hay un educador alrededor para consolarlo y calmarlo, proporcionándole una base segura. El cuidado se le facilita sin condiciones y rápidamente, hasta que el niño se siente seguro de nuevo. En este ejemplo de Italia, varios pequeños tenían problemas haciendo sus deberes escolares debido a una falta de confianza y problemas de concentración. El equipo decidió que siempre harían los deberes con un educador sentado a su lado. Esto mejoró sus resultados escolares y aumentó su auto – estima.

Si el niño está enfadado, triste o muy desesperado, el educador siente con él, pero no como él. Incluso aunque el niño esté enfadado o nervioso, la educadora no se pone nervioso o se enfada – ella mantiene un sentimiento de calma. La educadora no regaña o castiga al niño. Puede ser firme, pero no se enfada como hace el niño, y le habla de forma tranquila y amable. Un niño se vuelve más inseguro si el cuidador también se enfada cuando él se enfada.

Los cuidadores se interesan por lo que el niño siente y piensa, y tratan de reflejar el estado de los pensamientos y sentimientos del niño. Incluso antes de que el niño pueda entender las palabras, ellos, mientras trabajan, le hablan sobre lo que puede estar pensando o sintiendo. Por ejemplo cuando el bebé mira a los educadores, ellos pueden decir “Ooooh, ahora me estás mirando, eso está bien, creo que ahora estás contento, a que sí?”. O mientras cambian un pañal pueden decir: “Qué bien se está con el pañal limpio, ya veo que ahora estás contento”. De esta manera el bebé aprende a entender cómo el lenguaje y los sentimientos están conectados, y aprende a entenderse a sí mismo y a otros.